Último día de cole

¡Qué gran día el de ayer! Pablo y Ángel participaron en su primera carrera de «Cross Country» (campo a través) en el cole. Era además el último día del Term 1 antes de las «Easter Holidays» (vacaciones de pascua) Es que aquí la semana Santa no se celebra, excepto el Viernes Santo, que aquí lo llaman “Good Friday”  (y no estoy segura de que sea festivo por motivos religiosos) Ni tronos, ni nazarenos por las calles, ni olor a incienso, ni saetas, ni “ná” Aquí todos esperando al domingo mientras  compran de forma compulsiva huevos de chocolate (algunos “megasize”) esperando a que venga el Conejito de Pascua. ¡Serán ateos! Si viniera aquí la familia de Hinojos, les iba a dar un patatús con la falta flagrante de espíritu  litúrgico y cofrade.  De paso quiero mandarles un besito desde aquí  a mi familia de adopción, que se acuerda siempre de guardarnos los “hornazos” y de que no me falte el “piñonate”  Nosotros por nuestra parte hemos hecho torrijas, no vaya a ser que nuestros niños se pasen al bando contrario después del soborno continuo con huevos de chocolate. ¡Ni hablar!

A lo que íbamos. La competición es todo un acontecimiento en el que participan tanto alumnos como padres, pero nosotros animando desde la grada. A nosotros nos ha pillado este año de novatos, porque aquí son unos profesionales de las actividades al aire libre. Todos preparados con sus bebidas, sus snacks y sus sillas plegables. Y no unas sillas cualesquiera de playa, no. Todas con sus reposabrazos, sus huequecitos para las bebidas e incluso ¡nevera debajo del asiento! Ese día descubrimos que si queremos integrarnos no vamos a tener más remedio que comprarnos una de esas, porque se las llevan a todos lados, incluso a los entrenamientos de fútbol de los niños. En un plis, sacan sus sillas, sus neveras y sus “chambaos”, y ríete tú de los domingueros playeros.  En fin, que nos tuvimos que quedar de pie en un ladito para no quitar la visibilidad. ¡Esto me pasa una y no más Santo Tomás!

Las carreras se hacen por edades. En el primer turno corrían  desde los más pequeños de 5 años (que aquí llaman Prep, contracción de Preparatory) hasta los de Año 3 (ocho años). Y luego los del Año 4 (el nivel de Pablo, nueve años) hasta los de Año 6 (que aquí son los Senior) Increíble la organización. Van llegando con sus maestras, todos en filita y sin alborotar. Aún no entiendo cómo lo hacen aquí para mantener a los niños tan a raya. Los Capitanes de las Casas Deportivas,que suelen ser los niños de Año 6, ayudan en la tarea de organizar a los niños en las gradas (y tendríais que ver con la responsabilidad que actuaban) según la casa a la que pertenezcan. Os explico cómo va esto.

El colegio, independientemente de las clases y edades, se divide en cuatro casas deportivas cuyos nombres son nombres de colores en idioma aborigen australiano: JAGARA (verde), MOOLOOLA (azul), ARANDA (rojo) y la mejor (porque a esa pertenecen Pablo y Ángel, no por nada, jejeje) AWAKABA (amarillo). Ya sabéis algo más en lenguaje aborigen. ¡Hay que ver lo que estáis aprendiendo en este blog!

Cada casa cuenta con sus capitanes, que suelen ser los de sexto año, y que ayudan a organizar y a animar a los participantes de su casa con cánticos. Cada vez que se hace una prueba deportiva, los seis primeros clasificados suman puntos para su casa. Sí, ya sé que os recuerda a Harry Potter; a mí también. Menos mal que los dos hermanos han caído en la misma casa, que si no la rivalidad iba a ser tremenda. La verdad es que era muy emocionante verlos animando; lo vivían a fondo. Os dejo un vídeo para que veáis a lo que me refiero.

Empezaron corriendo los de Año 1, es decir, el nivel de  Ángel. No empiezan por los de cinco años porque  así pueden ver cómo lo hacen los “mayores”  y entienden mejor en qué consiste la prueba. Van todos en fila hasta la carpa que hay en medio del campo y, antes de sentarse debajo, dejan sus gorros por orden encima de una manta (para que cuando terminen de correr los encuentren fácilmente)  Corren niñas por un lado y niños por otro. De Año 1 a Año 3 dan dos vueltas al “Oval”, que es como se le llama al campo multideporte. Los de Prep solo una vuelta. Aunque ya me diréis si no son geniales las instalaciones del colegio. No he visto algo igual en un colegio público en España hasta la fecha.

Durante todo el recorrido algunos niños de Año 6 van animando a los corredores y otros incluso corren con ellos para hacerles de guía. Ángel lo hizo muy bien, quedó sexto y eso además lo ha clasificado para representar a su colegio en el campeonato estatal de Cross Country de Queensland. Así que estamos muy contentos, porque además ni siquiera había entrenado para ello, cosa que sí estuvieron haciendo las semanas precedentes otros niños de su edad.

Cuando terminaron de correr todos los peques, se fueron a sus clases (de nuevo de manera muy organizada) y llegaron los de Año 4, Año 5 y Año 6.  Los más mayores tienen que dar dos vueltas no sólo al oval, sino que además extienden la carrera por el bosquecillo que hay en el exterior. Vamos, que se dan una buena paliza. Pablo llegó el pobre cansadísimo, pero entre los quince primeros. Así que muy contentos también por él.

Fue muy emocionante todo, por la novedad, por los niños y por poder haber sido partícipes de un evento tan propio de aquí, desde el corazón de la comunidad y la sociedad australianas. Desde luego que no es lo mismo visitar que vivir día a día.

Ahora lo que nos toca es llevar a Angel a los entrenamientos para el campeonato. Esperemos que, sobre todo, se divierta y sea una experiencia inolvidable. Ya os iremos contando.