On the Road

On the Road

“¡Atención!… Amigo Conductor… La senda es peligrosaaaaa…”  Esta cancioncilla popular he dejado de cantarla en Australia, puesto que aquí conducir es de todo menos peligroso. Aún no entiendo cómo puede haber accidentes con lo respetuosos que son los conductores con las normas de tráfico. El pasado viernes, sin ir más lejos, nos topamos con un accidente bastante “escandaloso” en una intersección… Sería que uno de los conductores se distrajo porque iba cazando pokémons, porque si no, no encuentro otra explicación.

Cada estado australiano tiene sus propias normas, y por ahora sólo he conducido en Queensland, pero por mi experiencia puedo afirmar que los conductores suelen ser muy corteses con sus congéneres de carretera. Pero esto no es gratuito. La contrapartida es el celo dominico con el que velan por el cumplimiento de la normativa de circulación. Aquí el semáforo en ámbar significa PARAR (no “acelera y pasa antes de que se ponga en rojo”). Como oses pasar cuando el semáforo está en plena transición del verde al rojo, o viceversa, y un avispado policía te pille in-fraganti, te cae un multazo que te hace temblar hasta las canillas. Y si no hay policía alrededor, no te fíes, que hay cámaras estratégicamente colocadas por doquier. Parece ser que Australia es el único país, que yo conozca, en el que la luz ámbar tiene una función real (ya sabéis que en España se supone que también la tiene, aunque nos da la gana interpretar que es puramente orientativa…)

Lo mismo pasa con los límites de velocidad. En las autovías y autopistas suele ser de 100, y esto no significa 105 ni 110. A nosotros ya nos han cascado una multa por velocidad (y, para ser justos, no voy a decir si se la han puesto de JD o a mí, que no quiero estigmatizar a nadie, jejeje) Los límites en ciudad suelen ser 50 o 60 km por hora. Digamos que “nosotros” íbamos a 73 en un tramo de 60. Consecuencia: 250 dólares de multa y 3 puntos de carnet (gracias a dios que por aquel entonces aún no teníamos carnet australiano) Y nada de descuentos por pronto pago. Aquí has cometido una “offence” y eso se paga.  Hemos tenido que aprender la seriedad con que se toman este tema a golpe de talonario. Y no vayáis buscando los radares… Si bien hay radares fijos la gran mayoría son móviles. Así que ahí te ves al policía, parapetado detrás de una marquesina de autobús, con una suerte de pistola con poder de detección de infractores para hacerte la foto y mandarte el regalito a casa. Y nosotros nos quejamos en España de los radares móviles… ¡Nunca jamás!

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Ojito a los limites de velocidad.

Pero es que el tema del aparcamiento no se queda atrás. Aviso a navegantes. Que de nuevo nuestro aprendizaje fue a base de otra multa (si, lo sé, lo sé… no hace falta que digáis nada) Tampoco os voy a decir a quién le cayó la multa, pero por lo visto es “tremendamente peligroso” aparcar en el lado del sentido contrario de la marcha. Y eso que le lloramos y todo al policía, haciéndonos las víctimas de los recién llegados. Pero ni por esas. Es en ese momento cuando levantas la vista y observas con pasmo que, efectivamente, todos los coches están aparcados, con disciplina militar, en el mismo sentido. ¿Dónde queda ese pequeño caos del aparcamiento español con los coches mirando uno para cuenca y otro para Gibraltar? Repito palabras textuales del policía: “es una gran imprudencia” (¡OMG! ¿En serio?) Consecuencia: 150 dólares de multa y lección aprendida. Y lo extrapolamos a cualquier otra norma de aparcamiento como no pisar, ni por asomo, las líneas amarillas o no parar, ni por cinco segundos, en zonas prohibidas como vados y respetar el metro y medio de distancia entre el coche y la entrada de parking de una casa. Avisados quedáis.

Por el contrario, son tremendamente laxos en muchas otras cosas. Por ejemplo, aquí no existe la ITV. Tú eres el responsable de llevar el coche en perfectas condiciones para tu seguridad y la de los demás. La ausencia de ITV provoca que puedas ver coches súper antiguos, como Cadillacs de los años 60, otros súper tuneados y hasta algunos que podríamos meter en la categoría de “destartalados” rodando por las carreteras. Y quien dice ITV, dice examen médico. No sé si para sacarte el carnet la primera vez lo exigen, pero a nosotros nada de nada. Vamos, que puedes estar ciego de un ojo pero si no se te nota, “a ti plin” De hecho, sacarte el carnet de conducir de Queensland es súper fácil si tienes el carnet de conducir español (con una antigüedad de al menos cinco años). Si tienes una visa de estudiante o de turista, puedes usar tu carnet español durante tu estancia, aunque yo recomendaría sacarte le internacional por si acaso. Pero si tienes visado de residencia o de trabajo, y llevas más de tres meses residiendo en Queensland DEBES sacarte el carnet de conducir australiano para poder circular. Lo bueno es que es un proceso muy sencillo. Basta con presentar tu carnet de conducir español, un formulario, varias pruebas de identidad (pasaporte, tarjeta de crédito, copia del visado, tarjeta de Medicare…) y residencia (contrato de alquiler, de la luz, teléfono…) y pagar las tasas correspondientes (que varían dependiendo del tiempo de vigencia que quieras) Con toda esta documentación, y el dinero en la cartera, nos fuimos a uno de los Transport and Main Roads Customer Service Centre y conseguimos el nuestro en el día (no hace falta llevar foto porque te la toman allí en el momento) Sacarse el carnet de conducir australiano es además muy recomendable, básicamente por dos cosas:

  1. En caso de accidente, la franquicia del seguro es menor si tienes un carnet australiano en vigor con al menos dos años.
  2. Porque el carnet de conducir de aquí te sirve como documento de identidad, con lo que no hay que andar acarreando el pasaporte todo el tiempo.

Por si alguien está interesado o conoce a alguien que quiera venir a Queensland y tenga que sacarse el carnet, el formulario se puede descargar de aquí: https://www.support.transport.qld.gov.au/qt/formsdat.nsf/Forms/QF3000

Para ver los tipos de documento que sirven como prueba de identidad: https://www.qld.gov.au/transport/licensing/driver-licensing/identity/

¡Ya tenemos nuestro carnet de conducir australiano!
¡Ya tenemos nuestro carnet de conducir australiano!

Y este post no estaría completo si no os explicara el “maravilloso” tema de los peajes. Como en cualquier país occidental ¿civilizado? Aquí también hay peajes por doquier, con la diferencia de que aquí en Brisbane no hay puestos de control para pagar el monto del peaje. Todo se hace vía telemática. Como nosotros vivimos aquí nos hemos sacado el GoVia, que es un cacharrito que se coloca en el coche similar al ViaT en España. Va registrando los peajes y te los pasan por el banco a final de mes. Si no tienes el GoVia y utilizas una carretera o puente de peaje, has de pagarlo online. Y he utilizado el verbo correcto. Imperativo: “has”. Incluso si vas en coche de alquiler, porque cada vez que pasas por el peaje registran la matrícula y si no lo pagas, le pasan el coste al dueño registrado, en este caso la empresa de alquiler de coches, y luego te lo pueden cargar en la tarjeta de crédito que utilizaste para pagar el alquiler. Vuelvo a repetir, avisados quedáis.

Pero aparte de normas, pagos y cumplimientos estrictos, hay cosas muy chulas en las carreteras de Queensland. Por ejemplo, los semáforos dobles. Una idea estupenda y recomendable (si el país tiene el suficiente presupuesto para duplicar los semáforos) Tienes el semáforo de toda la vida justo en el punto donde has de pararte, pero como 25 metros más adelante, al otro lado de la intersección, tienes otro. Es muchísimo más fácil y cómodo y no tienes que andar partiéndote el cuello para ver cuando cambia de estado.

Y los “súper camiones” no se quedan atrás.  Molan muuuuuchooo. Camiones americanos tipo Mack, enormes. Casi el 90% de las mercancías en Australia se mueven por carretera. Hay mega trailers que pueden llevar hasta dos contenedores de 40 pies HQ o dos súper remolques enganchados. Y con protecciones frontales, por si chocan con animales. Son realmente espectaculares, pero hay que ser muy precavidos y andarse con ojo, porque te da un golpe un “camioncito” de esos y no lo cuentas.

Encontrarse estos camiones en la carretera impone, ¡pero que mucho!
Encontrarse estos camiones en la carretera impone, ¡pero que mucho!

Los U-Turn (o famosos “Chuck a u-ye” que ya os he comentado alguna vez) que son los cambios de sentido en medio de la carretera, los cuales creo que deberían estar permitidos en cualquier parte del mundo. ¿Que te has equivocado? No pasa nada… conduce un poquito más que seguro que encuentras, dentro de nada, un cambio de sentido directo, así, sin rotonda ni nada. Y legal. ¿Qué mas le podemos pedir a la vida? ¡Ah! Si… le podemos pedir matrículas personalizadas…pues.. ¡voilá! También podemos tenerlas en Queensland.

No te estreses... si te equivocas, da la vuelta. ¡Vivan los “Chuck a u-ye”!
No te estreses… si te equivocas, da la vuelta. ¡Vivan los “Chuck a u-ye”!

Cuando te compras un coche te asignan una matrícula, pero puedes comprarte una personalizada asociada a tu número y cambiarla en el coche. Los precios empiezan en 165 dólares pero pueden llegar a costarte hasta 12.000 dólares. Sí, sí, habéis oído bien. Depende de la combinación de letras y números que cojas. A más letras, más caro. Hay a quien le cuesta la matrícula tanto como el coche. Las cosas de un país con economía boyante y gente gastando a manos llenas. Pero hay algunas realmente originales. Nosotros lo vemos un poco gasto de dinero inútil… pero como no se puede decir de este agua no he de beber, cualquier día nos da la locura y nos auto regalamos una. Os dejo algunas fotos de algunas matrículas que me han llamado la atención.

¿Y qué me decís de las señales de tráfico de aviso de que hay Koalas y Canguros? Diréis que exagero, pero cuando llevas aquí más de medio año, con tus rutinas, que al final no son más ni menos que las mismas que haces en tu lugar de origen, pero al otro lado del mundo, pierdes un poco la noción de donde te encuentras. Y es cuando ves estas señales, cuando de repente algo se despierta en tu cabeza y te das cuenta de que, “oye, que estás en Australia”, y no puedes evitar sentir ese momento de asombro que dura unas milésimas de segundo. Y no sé si algún día se irá esa sensación del todo, pero, honestamente, espero que no