Harmony Day

Harmony Day

El 21 de Marzo, se celebró en Australia el Harmony Day, que es el día en el que se recuerda y se pone en valor la diversidad cultural de la sociedad australiana. Aquí es más frecuente toparte con alguien que sea nativo de otro país, aún siendo residente permanente o ya ciudadano australiano, que con un australiano de rancio abolengo. Incluso si es nacido en Australia, normalmente suelen ser de primera generación, es decir, de padres emigrados. Con lo cual uno no se siente extranjero en absoluto. Rusos, chinos, filipinos, finlandeses, indios, neozelandeses,  mexicanos, puertorriqueños, españoles… En el colegio de los niños conviven 35 nacionalidades diferentes, y en la empresa de Jose Diego, 25. A lo que le sumamos distintas confesiones religiosas: católicos, anglicanos, musulmanes, testigos de jehová, budistas,  Iglesia de Jesús de los Últimos Días, Neocatecumenales… Y todos conviven bajo unas mismas reglas, desde el respeto, y adoptando valores comunes. Los australianos serán lo que quieras, y seguro que entre ellos también los habrá intolerantes, pero son un modelo a seguir de integración.

En el cole de los niños las actividades de Harmony Day tuvieron lugar el día 22. Los niños pueden ir al colegio vestidos con el traje típico de su país, con el uniforme de algún equipo o asociación al que pertenezcan, o si no, con una camiseta de color naranja, que es el color que representa la festividad. Se reúnen todos en el gimnasio y cantan una canción relativa al tema, e incluso hay niños que actúan bailando danzas o cantando canciones de sus  países de origen. Como mis niños, ya lo sabéis, para artistas no van, siento deciros que España se quedó sin actuación. Hubiera quedado muy bonito un cante flamenco o unas sevillanas, pero mis hijos no son de esa condición. Pero sí que son muy sensibles. Y Pablo me contó, cuando lo recogí del colegio, que casi había llorado porque le “había dado sentimiento” al acordarse de España y sus compañeros. Tiene momentos de bajón, pero se está esforzando al cien por cien para integrarse. Así que ahí están sus papis para apoyarle.  Por cierto, que este año le pedimos a los reyes la equipación de la Selección Española, para que en el próximo Harmony Day puedan ir luciendo orgullosos sus colores (porque ni se van a vestir de flamencos, ni de verdiales ni nada por el estilo)

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Celebración del Harmony Day 2016

La celebración de este día me ha hecho reflexionar. Desde mi experiencia en estos dos meses, puedo decir que el australiano es acogedor y simpático de por sí. En ningún momento te hace sentir extraño o incómodo. Al contrario, siempre es curioso y se interesa por tu situación (con toda la educación y sin siquiera llegar a rozar la denominación de “cotilleo”) y está deseoso de darte consejos que te puedan ser de utilidad (que otra cosa es que luego lo sean más o menos) Australia es un país abierto dispuesto a acoger nuevas culturas (aunque siempre bajo el control de su estricta legislación; si quieres venir ha de ser por lo legal, siempre) El australiano disfruta pudiendo tener a su alcance comidas de todas partes del mundo y celebrando festividades de otros países (como el año nuevo chino). A cambio sabe adaptarse a otras realidades, y no es problemático que las niñas musulmanas lleven velo y sus extremidades cubiertas al colegio, e incluyen en los menús de las cantinas escolares (tuckshops) opciones como el sushi para sus alumnos asiáticos.  Y es más que normal los matrimonios mixtos. Y funciona.

Australia es el ejemplo viviente de que sí se puede convivir en harmonía, y por eso existe este día, para que los niños sean conscientes de la diversidad cultural y sepan respetarla y enriquecerse con ella. Desde el colegio. Al final, como suelo decir siempre., es cuestión de educación. Por eso, cuando he visto la noticia de los atentados de Bruselas, otra vez la sinrazón… No puedo dejar de sentirme impotente y frustrada, indignada y cabreada. Pero también preocupada porque algo está fallando en la integración de los musulmanes en Europa. Es increíble que personas que han nacido y se han criado en Europa estén dispuestas  a seguir las consignas de unos fanáticos que cada vez se nos van acercando demasiado, peligrosamente. Aquí se demuestra que no es efectivo levantar muros, hacer guetos, cerrar los ojos a otras realidades. Hay que integrar para que el sentimiento de pertenencia predomine sobre el de aislamiento, que hace posible hacer daño sin remordimiento. No nos equivoquemos. No podemos controlar las fronteras, todos los aeropuertos, todos los caminos… No podemos controlar el interior de lo que sucede en cada casa. Pero sí se debe trabajar para contrarrestar lo que estos hijos de la grandísma puta (con perdón) sí están haciendo bien, adoctrinar. Adoctrinemos nosotros en la integración y demos un futuro a todos.  Un futuro que no se base en el subsidio, pero si en las oportunidades para trabajar dignamente, que les ofrezca la esperanza de labrarse un porvenir; para que cuando les vengan con cuentos a esta juventud hastiada y dejada de lado, puedan tener motivos para decir “no”

Mis pensamientos vuelan hacia esa Europa de la que me siento parte y de la que estoy tan orgullosa. Hacia todas las víctimas, hacia sus familiares, hacia todos los que han vivido de cerca ese horror y que ahora tendrán que luchas por seguir adelante con sus vidas. Cuando pienso que cada vez que quiera volver a mis raíces tengo que coger un avión con toda mi familia, no puedo evitar sentir un escalofrío. Pero la vida sigue y no nos podemos dejar llevar por el miedo. No podemos darles ese triunfo. Seguiré volando, seguiré disfrutando y seguiré amando otras culturas y religiones. Y seguiré odiando cualquier tipo de extremismo, a los que piensan que matar soluciona algo y a los gobiernos que no toman medidas reales, desde el fondo del asunto, para evitar que estos sucesos ocurran una y otra vez.

4 thoughts on “Harmony Day

  1. Shei

    Qué bueno lo que cuentas de los australianos Esther, no creo que sea comparable con ningún otro país aunque aquí también se ve gente de todo el mundo, latinos, rusos, indios, chinos, árabes, y la verdad todo el mundo se respeta y hasta siente curiosidad por tu lugar de origen y por los motivos que te trajeron aquí.
    Lo de Bélgica es una prueba más que esta gente lo que busca es hacer el mayor daño posible, y no por falta de integración, creo que Europa acogió tantos musulmanes en los últimos años que este es el lamentable resultado. Los educan desde el odio y lo que ellos quieren es que el resto se adapte a ellos, ellos no quieren integrarse. En Uruguay se acogieron familias enteras de refugiados sirios y ex presos de Guantanamo y tampoco supieron adaptarse. Tenían cada uno un promedio de 10 hijos y se quejaban porque el país no les daba subsidios suficientes para mantenerlos (!!??!!).
    Ayer conocí una señora que a raíz de lo de Bruselas me contó que trabajaba con una señora en una peluquería y que un día desapareció. Luego pasó lo del 11-M y fueron a su trabajo a que testifiquen porque la señora que trabajaba allí estaba buscada junto con su esposo por la Interpol por el atentado de Madrid. Me quedé de piedra. Esta gente ni siquiera vivía allí, y estaba integrada aquí, aunque no era su país natal. Así que el tema de integración no creo que sea un factor, sino todo el odio que esta gente tiene al diferente. Se supone que cada atentado tiene su trasfondo de venganza por lo que el gobierno de su país está haciendo en sus propios países de origen, pero una persona normal no va matando gente inocente por allí… Creo que a Europa le esperan más atentados y es una pena porque se veía venir… Un abrazo Esther!

    1. Esther Camarena

      Te entiendo Sheila, pero ¿qué solución queda si no? Debe haber alguna manera de hacer algo desde el fondo del asunto porque, si no, lo único que queda es más violencia, más muerte y más guerra. Y yo creo que hay más musulmanes buenos que malos, y que todo lo que está ocurriendo es por la locura de unos pocos, que puedan que sean muchos, pero no son la mayoría. Yo quiero creer que mis hijos podrán crecer en un entorno seguro, a salvo de guerras y violencia. La política de la subvención a la sopa boba no solo corrompe a musulmanes. Lo peligroso es mantener a la gente sin exigirles nada a cambio. Luchemos por controlar los mensajes pervertidos que se lanzan desde las mezquitas en el corazón de Europa. Contrarrestemos su odio con oportunidades. No hay religión mala, sino interpretación mala de la misma. O actuamos así o lo que nos queda es vivir en un estado de terror continuo. Y es que lo segundo ni siquiera me parece una opción.

  2. Irene

    Buenos dias sister, por fin llegué a tu blog, y me encantó. Me alegro que os esteis adaptando tan bien. Me encanta el post, pero como bien dice Sheila es dificil integrar a quien no quiere integrarse, tambien es dificil luchar contra la ignorancia y el sin sentido, porque no se puede razonar con quien piensa que su mayor fin en esta vida es inmolarse en nombre de Ala y llevarse por delante a cientos de personas inocentes.. La educacion lo es todo, estoy de acuerdo que integrar a todos los niños en las diferentes culturas que habitan en un pais es simplemente ideal, y me alegro que mis sobrinos lo vivan, pero se tendria que hacer tambien en paises musulmanes y radicalizados, por ponerte un ejemplo por lo que esta ocurriendo, que es de donde sale el germen del odio y la sin razon.. Y como hacer eso? Yo aun me lo pregunto..
    Un besito a los cuatro!

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