De escobas y otros menesteres

De escobas y otros menesteres

Parece mentira, pero las cosas que más se pueden llegar a echar de menos son las cosas más cotidianas. Las tienes siempre a mano, das por hecho que las vas a encontrar en cualquier lugar del mundo porque, oye, son de lógico uso e imprescindibles. Y nada más lejos de la realidad. En honor a la verdad, he de decir que Australia está suponiendo un paseo comparada con la etapa que vivimos en China (que vaya pena que no hubiera escrito nada sobre eso, porque os hubiérais reído a mandíbula batiente) Pero no os creáis que Australia no tiene sus cosas… Parece que es lo mismo que España, pero no, no lo es…

Algunas personas de mi entorno ya saben el tremendo esfuerzo que ha supuesto encontrar una escoba como dios manda. El que no se ha expatriado, nunca podrá entender la frustración que puede causar semejante tontería. Pero cuando intentas barrer tu casa con una escoba con un cepillo en ángulo de 45 grados, o con uno de esos cepillitos de mano con recogedor ídem, mentas a tu padre, a tu madre y a aquel al que se le perdió la zapatilla en la montaña (desde el respeto siempre, oiga) ¿Es mucho pedir una escoba de esas, de toda la vida, con su cepillo recto y su palo largo para poder dejar mi cocina prístina y como los chorros del oro, libre de migas de pan en el suelo? Pues parece que sí. Los primeros días cuando llegas, con los nervios en punta, y tensa, porque te sientes como una niña de cinco años a la que acaban de soltar en el patio de su nuevo colegio, el no tener una escoba para barrer te parece la mayor catástrofe mundial, el peor de los apocalipsis… Yo, una española de pro, de esas que gustan tener su casa limpia y que se pueda comer hasta en el suelo… Y esa psicosis, no te das cuenta, pero se la pasas a tus hijos, y cuando te vas a dar cuenta, les ves bramando por el centro comercial, que qué clase de país es al que los has llevado que no se precian de tener escobas como dios manda…. Y claro, ahí puede que te des cuenta de que estás sacando un poco las cosas de quicio. Pero te sigues acordando de cuando le decías a tu señor marido que a dónde iba metiendo la escoba en el contenedor de la mudanza…. Que Australia era un país occidental y que qué necesidad había de hacerle un viaje de mes y medio a la escoba ya usada de casa… Cariño, desde aquí mis más sinceras disculpas públicas. Ya sabes que a veces puedo ser tremenda petarda. No te lo agradeceré lo suficiente. No obstante, y para alivio de los que me leéis, quiero deciros que Australia aún tiene esperanza. Y, aunque cuesta y hay que emplear mucho tiempo, haberlas, “hailas” y ya contamos con escoba “como dios manda” en esta casa. Ni contaros que cuando hayamos a la susodicha, los niños parecía que habían visto una aparición y se abalanzaron, literal, a por ella. No los he visto tan contentos ni el día que descubrieron que los habíamos llevado a Disneyland Paris. Y no, no exagero.

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Aquí la selección de escobas que puedes encontrar en Australia. No he encontrado aún ningún blog que te informe de esto… ¿Por qué será? 🙂

A la par que nuestras vidas se convertían en algo similar a “En Busca de la Escoba Perdida”, para añadir más interés al asunto, se sumaba la sensación de estar inmersos en “Algo pasa con la Esponja” Hay una nueva ola de usos y costumbres que consideran la esponja antihigiénica, pero es comparable al caso de los bastoncillos, que buenos, buenos, no son, pero…  ¿quién puede resistirse al placer del masaje intra-auricular que proporciona un buen bastoncillo de algodón? Llamadme clásica, pero a esta familia le encanta un buen “refroteo esponjil” que te da la sensación de desprenderte a fondo de la mugre diaria. Y entre los fans más absolutos de la esponja se encuentra JD, que no puede vivir sin ella. Y como soy una buena y amante esposa, allá que voy yo a comprarle una esponja a mi solícito esposo (perdonadme, pero no he podido reprimirlo, jajaja)

Esperad un momento que acabo de ver pasar por mi lado una de esas arañas rojas que te pican y acaban contigo en un tris… Zas… Muerta. Ya está… cosas que pasan en Australia (¿O es que no veis los documentales y el Instagram de Elsa Pataky?)

Bueno, a lo que íbamos… Que parece ser que a los “Aussies” no les va el tema esponja. A ellos el “refroteo” parece ser que les gusta “manual” (y no les culpo… que tiene su aquel… y no veáis la parte libidinosa que ya os conozco a muchos, ¿eh?) La cosa es que aquí las únicas esponjas disponibles son de esas tipo flor, como de tela de tul, que hacen espuma pero frotan poco. O unas pequeñísimas, naturales, claro está, para uso en bebés (y JD, con sus casi dos metros, está lejos de esa definición) Buscas y buscas pasillo arriba y abajo por el supermercado, escaneando las estanterías sin piedad, pensando que las tienes frente a tus narices pero que lo que pasa es que no las ves. Pero nada, no hay manera ni remedio. Entonces te dices… “Ya está. Esto seguro que es que lo venden en las parafarmacias o en las droguerías” (que ya veremos en otro post que aquí también se compra “diferente”) Así que allá voy yo, llena de confianza y esperanza, a encontrar mi esponja, seguro, en el Chemist Warehouse o en Priceline. Pasillo arriba y pasillo abajo. Vitaminas, cremas hidratantes, compresas, protector solar, maquillaje, repelente de mosquitos… ¡ah! ¡Los bastoncillos de los oídos! Seguro que están por aquí… las huelo… Pues no. Voy a preguntar a esta simpática señorita, que seguro que es que no las veo. “Señorita, por favor, ¿esponjas?” [Super sonrisa] “Claro, sí, venga conmigo” (Empiezo a escuchar trompetas celestiales) “Aquí las tiene…” “Ejem, uhmm, gracias…”  Me gustaría, en serio, poder describir mi cara, que no me la veía pero me la intuía… Y entonces mis pensamientos internos: “Me c… en tó…. Estos Australianos, qué pasa, que no se lavan “como dios manda” ¡Será posible que no encuentre una p… esponja en todo Brisbane!… etc, etc) No olvidéis que estábamos en nuestros primeros días y, como dicen en la casa de Gran Hermano, todo se vive muy intenso…

Pero, lejos de desanimarme, no cejé en mi empeño y seguí buscando. Me pasé a las tiendas que son el equivalente a “los chinos” de allí. Y… ¡bingo! Allí estaban… colgaditas de su gancho…. Esperando a que llegara yo a cogerlas (porque los Australianos ya hemos visto que las tienen en poca estima) Más contentas que iba yo con mis esponjas…. Una para mí, otra para mi solícito esposo (es que no me puedo contener… lo siento), otra para mis niños…  Sorpresón cuando a la noche se van a la ducha y ven sus esponjas nuevas y relucientes… Fiesta y jolgorio y “refroteos” a fondo. Salimos todos de la ducha brillantes. Más limpios… más contentos… Pero bueno, la realidad es que nos han estado haciendo apaño, pero eran de todo a cien, y nos han durado un asalto. Se ve que nos “refroteamos” con ganas y no aguantan.

Pero aún nos aguardaba algo inesperado. Cuando hemos abierto las cajas de la mudanza donde traíamos las cosas del baño… allí estaban… esponjitas nuevas, sin usar, de esas que siempre compras y guardas para tenerlas de recambio. Desde aquí mis sinceras disculpas a los señores de la mudanza por haberme quejado de que guardaran todo en las cajas sin ton ni son, y haber empaquetado hasta los rollos de papel de cocina. Con las esponjas quedan ustedes redimidos.

No obstante, ya tenemos apuntada en nuestra lista de “cosas que hay que comprar cuando vayamos de visita a España”, en un lugar muy prominente, ESPONJAS. Que tiemble Mercadona, avisadles de que vayan haciendo acopio de material.

Quería hablaros de otras cosillas pero creo que este post ya ha dado mucho de sí y se me antoja un poco largo. Ya hablaré en otra ocasión de la conveniencia de traerte todos tus cacharros electrónicos para tener que andar comprando adaptadores de enchufe; de que comas más jamón ibérico  a precio prohibitivo aquí que cuando estabas en España y lo tenías a precio razonable; o de cómo la leche se compra en formatos industriales, de tres en tres litros, pero la lejía para el suelo no llega al formato de litro.

Que os puede parecer esto un blog muy marujo, pero no todos los días vemos canguros y koalas pero sí que barremos las migas del suelo del desayuno (¡y hay quién no lo haga!)

 

¡¡Besitos a todos desde la otra parte del mundo!!

 

PD: La palabra “refroteo” es una invención de mis niños, que ya sabéis como gustamos en esta familia de inventar terminología nueva. Concretamente Pablo la creó y con Ángel se ha perfeccionado el término. Dícese de la acción de frotarse contra algo o alguien de forma concienzudamente cariñosa. También acción de frotarse con algo de forma insistente y continuada, causando sensación de placer. Ahí queda eso. Os damos licencia para utilizarl

5 thoughts on “De escobas y otros menesteres

  1. Terry

    Jajajajs de verdad que me meo con tus cosas!! Pero así son las cosas, y hay que sacarle el humor porque se lo merece. Otro país, otras costumbres, otros productos, jajaja. Me encantan tus posts, muy amenas.
    Veo que sois felices y os deseo lo mejor. Sois geniales.
    Un beso para todos desde la otra parte del mundo .

  2. Jaime SEVA

    Querida sobrina,
    Acabo de leer lo de la escoba y de la esponja…
    Como yá te lo dije cuando escribias des China, eres una escritora fantástica.
    Otra vez, estoy contentísimo de leerte.
    Tus descripciones son tan reales que nos parece vivir las cosas como si estubiéramos con vosotros.
    Y qué decir del humor que añades casi a cada parágrafo…
    Haber si te contrata algun periódico de lengua hispánica, para que mucho mas
    lectores aprobéchen de lo que describes de los paises por donde pasais…
    ? Y para cuando una novela ó una pieza de teatro ?…
    Por favor, sigue dándonos noticias tan saborosas…

    Os queremos mucho…
    Besos y salud para todos.
    Jaime. (Desde Francia).

    1. Esther Camarena

      Gracias Tito! Intento escribir tal como se me pasa por la cabeza y me alegro que sea capaz de transmitir lo que vivo día a día. Lo de la novela y demás.. creo que sería demasiado pretencioso. Me conformo con que lo leáis vosotros y así poder compartir nuestra experiencia. Un besazo enorme!

  3. Laura

    Este no lo había leído y me he partido de la risa!!!!! Estoy con tu Tito y amigos… Deberías plantearte escribir.. Eres una fenomenal! :-))
    No te preocupes que iremos avisando a Mercadona del tema » esponjas» cuando piséis suelo español! Un besazoooo… Me encantáis!

    1. Esther Camarena

      Gracias Lauri! De veras que no creo que sea para tanto pero gracias igualmente! Me encanta compartir con vosotros nuestra experiencias. Es como una terapia… jejeje. JD va de viaje a Europa en breve y ya tiene encargo de traerse las esponjas. De hecho va a ir con la maleta semi vacia para cargar. jejeje. Un besazo a todos familia!

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